El pueblo de Nicaragua tendrá una oportunidad como pocas para lograr presionar al régimen sandinista de Daniel Ortega en la reunión de cancilleres a celebrarse del 21 al 23 de octubre en Washington.
La Alianza Cívica, reconocida por el organismo Internacional, deberá pronunciarse, y muy alto, para ser escuchada, o simplemente aceptarán otra resolución vacía como muchas otras que no han priorizado la democracia, el cambio, ni la justicia que se anhela. Algunas voces piden el desconocimiento del presidente, la ilegitimidad de su mandato y en todo caso la aplicación de la Carta Democrática Interamericana, si el régimen no accede antes de diciembre a las exigencias internacionales.
Se verá entonces, si verdaderamente son los genuinos representantes de la oposición o son los tontos útiles del Sandinismo que quiere engañar a la población con unas elecciones amañadas y un pacto sobre la sangre de inocentes.