La dupla dictatorial criminal y asesina del Frente Sandinista, Daniel Ortega y Rosario Murillo, aparecieron la noche de este sábado en un acto nacional para rendir homenaje al también criminal, Tomás Borge, despotricando contra el “capitalismo yanqui”, pero viven como capitalistas.
En un aburrido y trillado discurso, atacó a la potencia norteamericana tachándolos de “burgueses, capitalistas y racistas” y los acusó de cometer “crímenes masivos como ninguna otra potencia o imperio ha cometido en la historia de la humanidad”.
Ortega, acusó al gobierno estadounidense de asesinar a los afroamericanos y de exterminar a los nativos americanos “como los alemanes (nazis)”.
En ese sentido, luego de más de dos meses de conflicto entre Rusia y Ucrania, Ortega se refirió a la guerra en apoyo a su homólogo Vladimir Putin después de semanas en silencio total desde el inicio de la invasión, alegando que Moscú se está defendiendo del “nazismo” que quedó gobernando al este.
Y como era de esperarse, el dictador se pronunció sobre el cierre de la Organización de Estados Americanos, celebrando la expropiación y la expulsión del organismo asegurando que la OEA quería tener a su dictadura a la fuerza.
“Nos querían tener a la fuerza y no hay pueblo que acepte imposiciones cuando tiene dignidad y el pueblo nicaragüense tiene dignidad y no acepta imposiciones”, criticó.
El número uno de la dictadura Sandinista, amenazó que están dispuestos a pelear contra Goliat “si nos agrede”.
Por otro lado, el caudillo Sandinista justificó la toma y expropiación del edificio alquilado por la OEA, que quedó en manos de la Policía Sandinista, alegando que solo estaban resguardado el lugar “porque también podía haber provocadores que se metieran o también delincuentes, aprovechar que está vacío para robar y después la culpa es del gobierno”.
De este modo, Ortega se burló del secretario general de la OEA, Luis Almagro, tachándolo de “escandaloso” por reunir al Consejo de la OEA y “dijo que habíamos cometido una barbaridad, un delito porque habíamos ocupado y habíamos saqueado las oficinas de la OEA aquí en Nicaragua. ¡Una gran mentira!”.
Así mismo, el tirano reaccionó molesto por la condena mayoritaria de los Estados miembros de la OEA, sobre el asalto a las oficinas donde funcionaba el organismo en el país.