Ante la persecución y encarcelamiento del obispo de Matagalpa, Monseñor Rolando Álvarez, sacerdotes y laicos de la iglesia católica, varios párrocos se vieron a huir del país por temor a correr la misma suerte de los secuestrados.
Hasta ahora han huido más de una decena de sacerdotes, entre ellos el padre Uriel Vallejos de la iglesia Divina Misericordia en Sébaco; Vicente Martínez de la parroquia Santa Lucía en Ciudad Darío; Magel Hernández de la Iglesia San Juan Vianney; Sebastián López; Dani García y algunos diáconos del clero religioso.
Los religiosos que se han exiliado en su mayoría son de la Diócesis de Matagalpa, quienes han sido fuertemente perseguidos y amenazados por la dictadura Sandinista, luego del secuestro de Monseñor Álvarez.
En el caso de padre Uriel Vallejos, permaneció secuestrado por tres días por la Policía Sandinista junto a 5 laicos, luego que estos irrumpieran con lujo de violencia la capilla donde se encontraban equipos de transmisión que fueron robados.
El sacerdote pasó tres días incomunicado, sin alimentos y fluido eléctrico. Posteriormente logró salir y se rumoraba un posible exilio de Vallejos.
La dictadura Sandinista ha intensificado sus ataques contra la iglesia católica de Matagalpa, a tal punto de bloquear los accesos a las parroquias y evitar oficiar las misas dentro de las instalaciones.