En el segundo día consecutivo de la celebración del 43 aniversario del Ejército Sandinista, el dictador Daniel Ortega continuó con sus ataques antiimperialistas y contra miembros del empresariado acusados de cometer “menoscabo a la integridad nacional” del país, y para ensalzar a su nuevo sociocomercial, en caso de un bloqueo económico por parte de EE.UU.
Durante su discurso trillado antiimperialista, Ortega presumió a su nuevo sociocomercial de la China comunista de Xi Jinping, pese a la poca actividad económica que ha generado en Nicaragua de gran gigante asiático.
“Nicaragua tiene relaciones económicas con todo el mundo y hemos restablecido relaciones económicas ahora con el país que ha tenido la economía el mayor crecimiento en la historia de la humanidad, la República Popular de China y le agradecemos su solidaridad con el pueblo nicaragüense”, dijo el caudillo Sandinista.
El criminal de lesa humanidad apuesta al poco aporte de China comunista pese a que Estados Unidos es uno de los principales mercados para Nicaragua e importaciones de productos nacionales.
Esta alianza, tras el desconocimiento de Taiwán, es reconocida luego que el gobierno de Biden eliminara la cuota azucarera para el año fiscal 2023 y ante la posible amenaza de cortar algunas exportaciones en los principales rubros que produce Nicaragua.
Ortega confirmó que mantiene encarcelado a empresarios y demás presos políticos por razones políticas, pues los acusó de solicitar al gobierno de Estados Unidos que rompa relaciones económicas con Nicaragua.
Pero al mismo, se retractó y dijo que los empresario actuaron bajo presión del gobierno estadounidense, que supuestamente fueron obligados a romper la alianza entre la empresa privada y gobierno Sandinista, sino serian sancionados.
La empresa privada “en ese momento había estado caminando en una gran alianza con el gobierno y con lo trabajadores sencillamente cuando se trató de ajustar el salario y los ingresos de la seguridad social, lo que significaba tocarle la bolsa a los ricos, a los capitalistas, entonces ahí rompieron y se lanzaron en planes que ya venían premeditados, en presiones del gobierno yanqui, que si no rompían la alianza con el gobierno Sandinista les iban aplicar las sanciones…congelarles sus negocios, por lo tanto destruirles sus empresas. Llegaron al extremo de no permitir que sus hijos siguieran estudiando en EE.UU., los iban a expulsar”, aseguró el dictador y criminal de lesa humanidad.
En su discurso continuó despotricando contra manifestantes de las protestas de 2018 y empresarios que supuestamente financiaron el supuesto “intento de golpe de estado”.