En un acto significativo y simbólico, el régimen de Nicaragua ha decidido liberar a 1.500 presos comunes con sentencia firme, según anunció la vicepresidenta Rosario Murillo. Esta liberación se realizará bajo un régimen de convivencia familiar, lo que permitirá a los reos vivir en sus casas. El evento principal de excarcelación se llevará a cabo en la sede del Sistema Penitenciario Nacional, conocida como La Modelo, ubicada cerca de Managua. Además, se espera que otras siete cárceles del país participen en este proceso.
La noticia fue dada a conocer por la vicepresidenta Rosario Murillo, quien explicó que esta medida es parte de la celebración del 45 aniversario de la revolución sandinista, que se conmemora el 19 de julio. Murillo destacó que esta liberación es un gesto de paz y reconciliación, alineado con los valores que promueve el gobierno sandinista.
La liberación de presos comunes en fechas significativas se ha convertido en una práctica habitual del gobierno de Daniel Ortega. Entre las fechas destacadas para estas excarcelaciones se incluyen la Semana Santa, el Día de las Madres, el Día del Padre, el aniversario de la revolución sandinista y las fiestas de Navidad. Este tipo de medidas son vistas como una estrategia para consolidar el apoyo popular y mostrar un rostro más humano del régimen.
Desde 2014 hasta 2022, el gobierno nicaragüense ha liberado a un total de 38.540 prisioneros, lo que equivale a un promedio anual de 4.282 órdenes de libertad condicional decretadas directamente por el gobierno. Este historial de liberaciones masivas refleja una política consistente de excarcelaciones en fechas especiales y conmemorativas.
Sin embargo, esta práctica no ha estado exenta de críticas. Organizaciones feministas, como la Red de Mujeres contra la Violencia, han expresado su preocupación de que la liberación de presos comunes pueda llevar a un incremento de feminicidios y otros delitos. Estas organizaciones argumentan que muchos de los liberados podrían reincidir en conductas delictivas, poniendo en riesgo la seguridad de la población, especialmente de las mujeres.
La medida de liberar a 1.500 presos comunes conlleva diversas implicaciones sociales. Por un lado, facilita la reintegración de estos individuos a la sociedad, permitiéndoles reunirse con sus familias y reanudar sus vidas fuera de la prisión. Por otro lado, plantea desafíos en términos de seguridad y percepción pública del sistema judicial y penitenciario del país. La liberación masiva puede ser vista como una oportunidad de redención para los reos, pero también genera inquietud sobre la capacidad del gobierno para garantizar la seguridad de todos los ciudadanos.
En resumen, la liberación de 1.500 presos comunes en Nicaragua es una medida significativa en el contexto del 45 aniversario de la revolución sandinista. Este acto, aunque visto como un gesto de reconciliación, también levanta preocupaciones sobre la seguridad pública y las implicaciones sociales de reintegrar a un gran número de reos a la sociedad.