En un contundente discurso ante la Asamblea General de las Naciones Unidas, la presidenta de Honduras, Xiomara Castro, reafirmó su compromiso con las reformas estructurales que están transformando su nación. A pesar de las amenazas de golpe de Estado, Castro destacó cómo estos cambios han reducido la pobreza en 12 puntos porcentuales desde que asumió el cargo en febrero de 2022. Este logro es significativo en un país donde el 74% de los diez millones de habitantes vivían en la pobreza al inicio de su mandato.
Castro no solo se enfocó en los desafíos internos de Honduras, sino que también abordó cuestiones internacionales, defendiendo a sus homólogos de Nicaragua y Venezuela, y denunciando el embargo de Estados Unidos contra Cuba como inhumano. La presidenta instó a la comunidad internacional a levantar el bloqueo que afecta a estas naciones, destacando la larga historia de rechazo de la ONU a tales medidas punitivas.
En un emotivo pasaje de su discurso, Castro prometió justicia para el ambientalista Juan López, asesinado el 14 de septiembre en Tocoa. López, un ferviente opositor del modelo extractivista minero, fue un líder social cuya muerte ha resonado profundamente en la comunidad. Castro aseguró que se utilizarán todos los recursos de las fuerzas del orden y el sistema judicial para llevar a los responsables ante la justicia, subrayando su compromiso de enfrentar el crimen y proteger a los defensores del medio ambiente.
Además, la presidenta recordó el doloroso golpe de Estado que derrocó a su esposo, Manuel Zelaya, en 2009, y comparó las amenazas actuales con las fuerzas que entonces interrumpieron el curso democrático del país. Este paralelismo refuerza su determinación por continuar en la senda del cambio, resistiendo las presiones del capital que buscan frenar su agenda progresista.
Finalmente, Castro extendió su solidaridad más allá de las fronteras de Honduras, condenando el llamado genocidio del pueblo palestino por parte de Israel y llamando la atención sobre el silencio cómplice de algunos países. Al mismo tiempo, alertó sobre los peligros de que Líbano se convierta en una nueva zona de conflicto, similar a la Franja de Gaza.
El discurso de Xiomara Castro no fue solo una defensa de su gestión, sino un llamado a la acción global contra la injusticia y un testimonio de su compromiso con un mundo más equitativo y justo. A través de sus palabras, Castro se erige como una líder determinada a desafiar el status quo y abogar por los derechos humanos, tanto en su país como en el escenario internacional.