En horas del medio día la vicepresidenta inconstitucional del país , Rosario Murillo, informó a través de sus medios oficialistas que más de 170 “acompañantes” procedentes de América, Europa y Eurasia, serán los garantes del proceso electoral este 7 de noviembre, que han sido fuertemente criticadas por la comunidad internacional calificándolas como una farsa o circo electoral.
Entre los acompañantes figuran Abjasia, Alemania, Bélgica, España, Francia, Reino Unido, Irlanda, Italia, Osetia, Federación de Rusia; y en nuestra América: Argentina, Canadá, Colombia, Costa Rica, Estados unidos, Honduras, México, Panamá, Perú, Paraguay, Puerto Rico, Republica Dominicana, Uruguay y Trinidad y Tobago.
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¿Uruguay? ¿Será el embajador de Uruguay ante la OEA, Washington Abdalá, el que dijo abiertamente en la sesión extraordinaria de la OEA el pasado 20 de octubre, que Daniel Ortega es un dictador que mata y apresa a precandidatos presidenciales? ¡No!
Sin duda alguna, los que formarán parte de esta farsa electoral serán partidos y miembros comunistas de izquierda que han obviado y apañado la dictadura de Daniel Ortega durante las sesiones extraordinaria de la OEA, UE Y Naciones Unidas.
Rosario Murillo ha mencionado abiertamente que el proceso electoral no tendrá observación internacional por miembros independientes de la OEA o UE, obviamente para que no quede evidenciado el robo de las elecciones por parte del Frente Sandinista por cuarta vez consecutiva.
Más bien, en mayo pasado, aprobó una ley llamada Reforma y Adición a la Ley Electoral, en la que establece “acompañantes electorales” pero no observadores y garantes. Es decir, el régimen Sandinista de Ortega pretende maquillar de legitimidad los comicios con “acompañantes” que carecen de credibilidad democrática, porque son comunistas que apañan dictadores.
Mientras tanto, la Comisión Interamericana de Derechos Humanos desconoció los comicios de este próximo 7 de noviembre porque carecen de credibilidad, transparencia, no son justas ni libres y no son pluralistas.
La CIDH al igual que otros organismos internacionales han declarado de ilegítimo el proceso y hacen un llamado de conciencia a la población nicaragüense de no ser partícipes de la farsa electoral.