La Conferencia Episcopal de Nicaragua se reunió para celebrar con “alegría” la supuesta recuperación creciente de las actividades pastorales realizadas este año, a pesar que en este 2022 la persecución religiosa bajo la dictadura Sandinista trascendió los límites religiosos.
En este año la dictadura Sandinista impidió todo tipo de actividades en distintos departamentos y municipios del país como la bajadas de sus santos, misas y procesiones, pues las el regimen envió a sus fuerzas represoras a bloquear el paso de feligreses.
Así mismo, durante la persecución religiosa, la tiranía de los Ortega Murillo encarceló a más de una decena de religiosos, entre ellos al obispo de Matagalpa, Monseñor Rolando Álvarez, sin embargo, la CEN no denunció en su comunicado estas ejecuciones.
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En el escueto comunicado, la CEN se limitó a expresar su preocupación por la migración de nicaragüenses y el “acontecer social, político y económico de nuestra patria”, pero sin otorgar responsabilidad a la dictadura Sandinista.
“Todos debemos caminar juntos, nadie debe quedarse atrás; todos debemos tener las posibilidades de desarrollarnos y hacer de Nicaragua un país de hermanos. Busquemos siempre hacer el bien, de forma que cada vez hablemos más como hermanos y dejemos fuera el individualismo”, dice el comunicado.