Este domingo 19 de diciembre los chilenos eligieron como presidente al comunista Gabriel Boric, uniéndose a la lista de países que han abrazado el socialismo después del mandato del General Augusto Pinochet y que ha sido golpeada por la violencia izquierdista desde 2011, cuando este figuraba como líder estudiantil.
Un rotundo cambio fue lo que ocurrió en esta segunda vuelta de las elecciones generales, pues en los comicios del 21 de noviembre pasado, Gabriel Boric estaba en desventaja del partido de derecha de José Antonio Kast, con tan solo el 24,99% del 70% de las mesas escrutadas.
Boric, de 35 años, se convirtió en el primer presidente más joven en la historia chilena, quien figuraba como un activista rebelde liderando las protestas en 2011 en contra de expresidente Sebastián Piñera exigiendo “educación pública, gratuita y de calidad” y que un año más tarde se elegido como presidente de la Federación de Estudiantes de la Universidad de Chile.
Al convertirse en una de las figuras más “importantes” en cuanto a exigencias lo convirtió diputado del parlamento chileno en 2019.
Pero aunque todos los medios publiquen maravillas sobre su participación como líder estudiantil, su terrible pasado y su relación con el terrorismo dan indicios de una pasible dictadura en Chile; son hechos que deberían descalificarle.
De modo que durante su diputación dentro del parlamento, Boric ha sido fuertemente criticado por sus ideologías radicales y diversas acciones como haber votado a favor por una nueva constitución política, hecho que desencadenaron diversas protestas en el país sudamericano.
También, recibió una lluvia de críticas por haberse tomado una fotografía con Ricardo Palma Salamanca, quien fue condenado por el asesinato del senador chileno Jaime Guzmán en 1991, y por si fuera poco, recibir una camiseta con la imagen del senador baleado.
Sin embargo, a pesar de su terrible pasado y su cambio de discurso para congraciarse con los chilenos durante su campaña electoral, los ciudadanos lo acogieron como su nuevo presidente sin tomar en cuanta los ejemplos comunistas que han amañado la política y la democracia en países como Nicaragua, Venezuela, Cuba, Argentina, México, Bolivia y ahora Honduras.
Y como era de esperarse, los dictadores de Díaz Canel de Cuba; Nicolás Maduro de Venezuela y Daniel Ortega de Nicaragua, abrazaron el “triunfo” de un nuevo miembro comunista que tomará el poder presidencial de Chile en 2022.
Díaz Canel, expresó a través de Twitter que cuenta con la “voluntad de ampliar las relaciones bilaterales y de cooperación entre ambos pueblos y gobiernos”.
Por otro lado, el fascista y narcotraficante Nicolás Maduro, calificó la elecciones de Boric como una “contundente victoria sobre el fascismo”.
De igual modo, el tirano Daniel Ortega festejó la elección del comunista, a pesar que Chile, bajo el mandato de Pinera, solicitara en diversas ocasiones a la Organización de Estados Americanos abordar la situación de Nicaragua después del fraude electoral.
Chile y Canadá solicitan a la OEA incluir el tema de Nicaragua en agenda
Así mismo, el vice dictador de Nicaragua en los años 80, Sergio Ramírez, felicitó a través de su cuenta oficial Twitter al nuevo electo de Chile.