La vicedictadora Rosario Murillo descartó “borrón y cuenta nueva” anunciado por Ortega el lunes durante su autoinvestudura como presidente usurpados del poder, pues manifestó que es “imposible olvidar a los seres humanos ardiendo en las calles”, en referencias a las protestas de 2018 en contra de la dictadura Sandinista.
“Es imposible olvidar esa ferocidad, imposible olvidar a los seres humanos ardiendo en las calles, que clase de almas. Imposible olvidar pero sí trascender. Trascender y no olvidar”, dijo Murillo en su alocución diaria de medio día.
Claro, es imposible olvidar la matanza de más de 300 manifestantes, entre ellos adolescentes, mujeres y jóvenes en las protestas de 2018, y menos los crímenes de lesa humanidad en los años 80 por el Frente Sandinista.
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Así mismo, criticó a los obispos de la conferencia episcopal y a los obispos al aducir que “querían regresar a los tiempos de Somoza”.
“Era incomprensible aquella interrupción de la paz, una desgracia que nos tocó vivir…oír aquellas voces disonantes promoviendo el odio, mandando a morir…y quisieron regresarnos a la cuna de los odios, al somocismo, en vivo el que se expresaba a través de tantas, figurativamente, de las voces disonantes, discordantes, nada generosas, nada fraternales, nada solidarias de las voces de odio”, criticó Murillo.
La vicedictadora utiliza la imagen de la familia Somoza para blanquear sus crímenes tanto de los años 80 como en 2018, sin embargo, el Frente Sandinista es considerado como una de las peores dictaduras a nivel latinoamericano y la peor en la historia de Nicaragua.