Vladimir Potanin, el hombre más rico de Rusia, advirtió a Vladimir Putin las consecuencias de confiscar los bienes y activos de las empresas que han abandonado sus operaciones en el país por la invasión a Ucrania, ya que considera que llevaría al país en la época de la revolución de 1917.
El empresario y el número uno de los metales de Norilsk Nickel dijo que si cerraba la puerta a las empresas e inversores occidentales, provocaría la desconfianza de demás países de no invertir en Rusia y tal hecho podría durar décadas.
Potanin remarcó que de no confiscar los bienes y activos de las empresas, estás podrían en algún momento regresar ya que considera que su huida fue “resultado de una presión sin precedentes ejercida sobre ellas por parte de la opinión pública en el extranjero”, dijo a CNN.
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Así mismo, instó a Putin a ser más “sabio” respeto a su decisión de confiscar a las empresas que han huido de la debacle económica de Rusia y no “…dar un portazo, sino esforzarnos por preservar la posición económica de Rusia en esos mercados que dedicamos tanto tiempo a cultivar”.
Aparentemente oligarcas rusos que se han visto afectados por las sanciones impuesta por occidente y hoy Vladimir Putin amenazó públicamente a aquellos que se le han dado vuelta y los llamó “escoria y traidores”.
Putin les advirtió que el pueblo ruso “los escupirá como un mosquito que accidentalmente voló a sus bocas” y que será utilizados por occidente como una “quinta columna” para dividir al pueblo ruso.
“No juzgo para nada a aquellos que tienen un chalet privado en Miami, o en la Riviera Francesa, los que no pueden prescindir del foie gras, de las ostras o de las llamadas libertades de género. Pero el problema aquí no es ese, sino que mucha de esa gente, por naturaleza, está mentalmente allá, y no aquí, con el pueblo ruso, ni con Rusia”, dijo el dictador en tono alterado.
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Añadió que “occidente intentará apostar por la llamada quinta columna, por los traidores para dividir nuestra sociedad, para provocar la confrontación civil para lograr su objetivo. Y ese objetivo es la destrucción de Rusia”.
Vladimir Putin creyó que su invasión seria apoyada por sus mismo aliados, pero sobre todo creyó que su operación dudaría menos de una semana, de modo que ha quedado totalmente aislado por la comunidad internacional y gravemente sancionado.