El Río Bravo que comparte frontera entre México y Estados Unidos, se ha convertido en el ícono de la muerte para los migrantes que intentan cruzarlo para buscar un futuro mejor que el pueda ofrecer su propio país.
En dos semanas consecutivas han muerto al menos cuatro nicaragüenses, entre ellos una menor de edad, al intentar cruzar el Río Bravo y hoy, medios mexicanos informaron que bomberos junto al Grupo Beta del Instituto Nacional de Migración rescataron a siete nicaragüenses que estuvieron a punto de morir ahogados en el río.
Entre los migrantes que quedaron varados en medio del río era un niño de cinco años, de modo que fue trasladado con urgencia al hospital Salvador Chavarría, mientras que los adultos fueron entregados Instituto Nacional de Migración para valorar su estancia en el país.
Miles de nicaragüenses se han visto obligados a huir del país por la represión y persecución por parte de la dictadura Sandinista de Daniel Ortega y Rosario Murillo, y en otros casos, huyen de la pobreza, el desempleo y falta de oportunidades.