El hermano del dictador Sandinista y fundador del Ejército popular, Humberto Ortega, confirmó en entrevista con el periodista Andrés Oppenheimer de CNN, que hubo una negociación de por medio entre los Ortega-Murillo y el gobierno de Estados Unidos para la liberación de los presos políticos.
El fundador del Ejército Sandinista, desmintió la versión del usurpador de la presidencia, cuando afirmó el pasado 9 febrero que la decisión de liberar a los presos políticos fue una “decisión unilateral” que nació del corazón de la vicedictadora, Rosario Murillo.
“En los intercambios que han habido tanto de lo que ha expresado (Ortega) en sus discursos, como lo que ha expresado el gobierno norteamericano, queda claro que esto fue producto de un intercambio, que lógicamente al haber un este intercambio se está dialogando y llegó a un acuerdo muy específico sobre el modo operandi sobre liberar estos presos”, afirmó Huberto Ortega.
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Luego de haber confirmado dicha negociación entre ambos gobiernos, Ortega celebró la decisión y ve como un paso positivo para continuar en una “ruta de diálogo” entre la dictadura Sandinista y Estados Unidos.
Desde la liberación de 222 presos políticos, distintos organismos internacionales, aplaudieron las gestiones realizadas por Estados Unidos para efectuar la liberación de opositores, líderes religiosos, disidentes y exfuncionarios Sandinistas.
Luego que se diera a conocer la excarcelación de los presos políticos, la dictadura Sandinista confirmó que monseñor Rolando Álvarez fue el único en negarse a ser despatriado de país, lo que significaría para Ortega una “piedra en el zapato” mantener al religioso en una peores cárceles.
“¿Le salió bien la jugada? Se lo pregunto porque el obispo Rolando Álvarez, que era uno de los presos que iban a deportar, se negó a subir al avión y se quedó en Nicaragua”, preguntó el periodista.
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A esto, el exguerrillero Sandinista respondió que la detención del obispo de Matagalpa y Estelí ya está teniendo un impacto político, porque el gobierno de su hermano Daniel Ortega no quería que el líder católico se quedara en el país.
“Por eso fue que él responde de una manera tan precipitada y atropellando pues la ley, la metodología y los procedimientos técnicos y lo condena”, puntualizó Humberto.