Este lunes arribó a Rusia el dictador comunista de China, Xi Jinping, para reunirse con su homólogo Vladimir Putin para enviar un poderoso mensaje a los líderes occidentales aliados con Ucrania, que Moscú no está solo.
Este viaje significó un fuerte apoyo a Putin, para intentar burlarse de la reciente declaratoria emitida por la Corte Penal Internacional donde acusa al mandatario ruso de cometer crímenes de lesa humanidad contra Ucrania, por ende, ordena su captura.
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Según China, este plan representa “tanto como sea posible la unidad de los puntos de vista de la comunidad mundial”, según la Misión China para las Naciones Unidas.
“El documento sirve como un factor constructivo para neutralizar las consecuencias de la crisis y promover un arreglo político. Los problemas complejos no tienen soluciones simples”, dijo Xi durante el encuentro.