Los dictadores sandinistas Daniel Ortega y Rosario Murillo, buscan ampliar sus relaciones en medio del rechazo internacional, al acercarse a una de las peores dictaduras del mundo como lo es Corea del Norte, país en el que próximamente abrirán una embajada nicaragüense y viceversa.
La vicedictadora sandinista, anunció a medios oficialistas que en reciprocidad a las relaciones que han mantenido desde 2007, van a “trabajar juntos desde esas representaciones en políticas sociales, culturales, diplomáticas, fortalecer nuestras relaciones que son de décadas”.
Murillo informó que sostuvieron una reunión con el representante del dictador y criminal de lesa humanidad Kim Jong-un, para entregar la solicitud de plácet del funcionario sandinista que fungirá como embajador de Nicaragua en Corea del Norte, para supuestamente “fortalecer” las relaciones que han mantenido desde la década de los 80, pero que luego fueron suspendidas por los gobiernos neoliberales en los 90; posteriormente fueron retomadas cuando los Ortega Murillo se eternizaron en el poder desde 2007.
La número dos del régimen sandinista adelantó que Pionyang también abrirá una embajada en Nicaragua, pero no informó cuando esta sería inaugurada.
Ortega ha buscado a sus socios y camaradas de ideología, mediante un extraño y sospechoso acercamiento con países que militarmente son unas potencias como Irán, Siria, Rusia y algunos países africanos, lo que representa una amenaza a la seguridad de la región y actos de provocación hacia Estados Unidos.