Al menos ocho ex jefes de Estado de Costa Rica respaldaron la propuesta sobre la nominación del Premio Nobel de la Paz para el Obispo Auxiliar de Managua, monseñor Silvio José Báez y el Obispo de Matagalpa y Administrador Apostólico de Estelí, monseñor Rolando Álvarez, este último preso político de la dictadura sandinista.
Los exmandatarios se sumaron a la propuesta hecha por la Sociedad Internacional de Derechos Humanos (ISHR), para visibilizar el sufrimiento y dolor del pueblo nicaragüense frente a las “arbitrarias y crueles acciones en su contra que ha venido ejecutando el gobierno de esa querida nación, principalmente a partir de la cruenta represión a las pacíficas manifestaciones de abril de 2018”.
Monseñor Álvarez es propuesto para ser nominado al premio Sárajov de la Libertad de Conciencia
La carta fue firmada por los expresidente Oscar Arias Sánchez (1986-1990 y 2006-2010), Rafael Calderón Fournier (1990-1994), José María Figueres (1994-1998), Miguel Ángel Rodríguez Echeverría (1998-2002), Abel Pacheco de la Espriella (2002 — 2006), Laura
Chinchilla Miranda (2010-2014), Luis Guillermo Solís Rivera (2014-2018) y Carlos Alvarado Quesada (2018-2022).
Los exjefes de Estado reconocieron la labor de los obispos ante la criminal y sangrienta dictadura dirigida por los genocidas Daniel Ortega y Rosario Murillo que desde 2018, han alzado su voz contra los crímenes, violaciones a los derechos humanos, ataques, hostigamiento, persecución y represión contra voces críticas al régimen y sacerdotes de la iglesia católica.
“La dedicación en favor de la vida, la libertad, la dignidad y los derechos humanos de su pueblo que han llevado estos dos prelados es ejemplar “, dice la carta.
En julio pasado, miembros de la Sociedad Internacional de Derechos Humanos (ISHR, por sus siglas en ingles), emitieron una propuesta al jurado calificador del premio Nobel de la Paz para ser nominados los obispos de Nicaragua, Monseñor Silvio José Báez y Rolando Álvarez, por su valentía en denunciar continuamente los crímenes cometidos por la pareja de dictadores sandinistas, Daniel Ortega y Rosario Murillo.
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Monseñor Álvarez cumplirá casi un año de permanecer en cautiverio por el régimen sandinista; mientras que el obispo Báez fue obligado al exilio tras recibir amenazas de muerte en 2018.