La feligresía católica del departamento de Matagalpa celebrará con fervor, alegría y devoción mariana a La Virgen de La Merced, pero en esta ocasión todas las actividades religiosas serán dentro de cada templo que conforman la Diócesis matagalpina, debido a la prohibición que ha hecho el régimen Ortega-Murillo, en su afán de persecución y destrucción a la iglesia católica.
El inicio de la novena, el recién pasado 15 de septiembre, se realizó sin el tradicional saludo a la Virgen de la Merced, colocada al centro de la puerta principal de la Santa Iglesia Catedral San Pedro Apóstol.
Ese saludo lo realizaban los estudiantes de los colegios católicos de la Perla del Septentrión, contando con la presencia de invitados especiales, y lógicamente con la guardia de honor que brindaban en su momento El Benemérito Cuerpo de Bomberos Voluntarios de Matagalpa.
Sin embargo, este año todas estas actividades se hicieron a lo interno del templo, al extremo que la eucaristía del domingo 17 de septiembre, programada para las 5 de la tarde, fue suspendida por una actividad desarrollada por la alcaldía, frente al atrio de Catedral y cuya “bulla” impedía la escucha a los feligreses.
La actividad central programada para este 24 de septiembre, fecha en que la población se tomaba las calles de la ciudad, se centrará, en una misa solemne, programada para las diez de la mañana, pero como en los dos últimos años—uno a causa de la pandemia y el otro por la represión—, el gran ausente en estas festividades de la Patrona de la Diócesis de Matagalpa es Monseñor Rolando José Álvarez Lagos, secuestrado en una de las celdas del sistema carcelario de la familia Ortega-Murillo.
Sin embargo, en el lugar que físicamente ocuparía Monseñor Álvarez, estará una gran fotografía del obispo prisionero.
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Las festividades a la Virgen de la Merced, se celebraban primeramente en el municipio de Matagalpa, pero durante el obispado del ahora cardenal, monseñor Leopoldo José Brenes Solorzano, la Virgen de la Merced, fue nombrada patrona de toda la diócesis de Matagalpa.
Monseñor Álvarez es propuesto para ser nominado al premio Sárajov de la Libertad de Conciencia