En “desacato” fue declarada Nicaragua o bien, a la dictadura Sandinista por no cumplir con las tres resoluciones emitida por la Corte Interamericana de Derechos Humanos que ordena la liberación inmediata de los presos políticos, entre ellos de al menos 21 líderes de la oposición y cinco aspirantes para la Presidencia.
Esta medida fue aplicada a la dictadura Sandinista por no haberse dispuesto a cumplir lo ordenado obligatoriamente por el tribunal en las resoluciones de 24 de junio, 9 de septiembre y 4 de noviembre de 2021.
Las resoluciones califican la situación de Nicaragua de “extrema gravedad y urgencia”, la condición en la que se encuentran los presos políticos.
A raíz del incumplimiento de las resoluciones por parte del régimen Sandinista, la CIDH incluirá en su informe anual la situación de Nicaragua que será presentado ante la Asamblea General de la Organización de Estados Americanos, de acuerdo con el artículo 65 de la Convención Americana sobre Derechos Humanos.
Este artículo establece que a CIDH presentará su informe ante la OEA y presentará “los casos en que un Estado no haya dado cumplimiento a sus fallos” que ha ordenado la Corte, además de presentar las recomendaciones.
Por otro lado, la dictadura de Daniel Ortega ha criticado cada uno de los informes presentados por la CIDH y los ha calificado de “mentirosos” y “tergiversados”.
Cabe mencionar, el pasado 19 de noviembre, la tiranía hizo oficial su salida y demanda de la Carta Democrática Interamericana, en molestia por la reciente aprobación de la resolución del 12 de noviembre en la que declara las elecciones de Nicaragua como “ilegítimas”.