Luego que al narcodictador de Venezuela, Nicolás Maduro, el gobierno interino de Juan Guaidó, Estados Unidos y la comunidad internacional le lavara la cara al legitimar la participación del régimen en la mesa de negociación en México, este pidió como condición el levantamiento de todas las sanciones económicas al país suramericano, a cambio de realizar unas supuestas elecciones “libres y transparentes”.
“Que las quiten todas (las sanciones) para ir a unas elecciones frescas, bonitas, buenas, en el momento en que la Constitución determine y el Consejo Nacional Electoral como órgano rector”, dijo Maduro de forma irónica, al proponer al CNE como garantes a pesar de ser controlada por él mismo.
De esa forma Maduro pretende verle la cara a la comunidad internacional, pues como dice un dicho popular “firmar me harás, cumplir jamás”. Es decir, no existe ninguna garantía que el ilegítimo mandatario cumpla con su palabra, pues es más que evidente que no le conviene dejar el poder ya que este tiene una orden de captura por su vínculo con el narcotráfico y ser el cabecilla del Cártel de los Soles.
Maduro y la oposición retomaron las negociaciones el pasado 26 de noviembre, donde en la primera ronda se acordó el descongelamiento de 3 mil millones de dólares para la atención de los sectores más vulnerables del país, y renovación de la licencia de la empresa petrolera estadounidense Chevron para la explotación, comercialización y exportación de petróleo venezolano.
“Estamos negociando con los representantes de los secuestradores, con los enviados de los secuestradores, y se ha logrado firmar un acuerdo con los representantes de los secuestradores del dinero de Venezuela para que se invierta en el país”, acotó el narcodictador.