La doble moral de la dictadura Sandinista no tiene límites. Los caudillos Daniel Ortega y Rosario Murillo enviaron una delegación para firmar el libro de condolencias por el fallecimiento del Papa Benedicto XVI, pese a que estos nunca han mostrado respeto por la iglesia católica ni por ningún alto jerarca.
Ortega-Murillo envió una delegación lidera por el canciller Sandinista, Denis Moncada, a la Nunciatura Apostólica para reunirse con monseñor Marcel Mbaye Diouf, Secretario de la institución religiosa.
La mejor arma de la iglesia católica es el “dialogo” y la “diplomacia, asegura el Papa Francisco
Los funcionarios Sandinistas “se hicieron presentes (a la Nunciatura Apostólica) para ratificar la solidaridad del pueblo y gobierno de Nicaragua en este momento de tránsito del papa emérito a otro y eterno plano de vida”, dijo la vicedictadora Rosario Murillo este 4 de enero en su alocución de medio día.
Los dictadores enviaron a sus leales a la Nunciatura Apostólica, misma que eliminó la figura de representante de Papa en Nicaragua y en marzo del año pasado expulsó del país al nuncio Waldemar Stanilaw Sommertag.
Para muchos es una acto de hipocresía por parte de la dictadura Sandinista por sus ataques y secuestro de más de una decena de religiosos de la iglesia católica, incluyendo un obispo.
Incluso, en una de sus apariciones tildó a la iglesia católica de ser una “dictadura perfecta” porque supuestamente estos imponen curas, obispos, Papas y Cardenales.
“¿Desde cuándo están para hablar de democracia? ¿Quién elige a los curas? ¿Quién elige a los obispos? ¿Quién elige al Papa, a los cardenales?”, cuestionó el caudillo Sandinista.