Este martes dio inicio la 77ª Asamblea General de la Organización de Naciones Unidas en Nueva York, donde el presidente el Brasil, Jair Bolsonaro fue uno de los primeros diplomáticos en alza su voz sobre la situación de Nicaragua.
Durante el discurso de Bolsonaro, el mandatario resaltó la crisis política que ahoga a Nicaragua, así como la persecución y asedio contra el clero religioso de la iglesia católica, bajo la dictadura Sandinista de Daniel Ortega y Rosario Murillo.
Bolsonaro expresó que su país está dispuesto a “acoger” a los religiosos perseguidos por la tiranía Sandinista.
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“Brasil abre sus puertas para acoger a los padres y monjas católicos que han sufrido persecución del régimen dictatorial de Nicaragua”, dijo Bolsonaro ante la Asamblea de la ONU.
En ese sentido, destacó que su gobierno respeta la libertad de expresión y el derecho a la libertad religiosa en su país, ya que considera que “todos tienen derecho a profesar y practicar su orientación religiosa sin discriminación”.
Ante su gestión como presidente del Brasil, Bolsonaro busca una segunda reelección, en competencia del expresidente comunista de ese país, Luiz Inácio Lula da Silva acusado de corrupción.