Este martes se registraron tres fugas en los ductos Nord Stream 1 y Nord Stream 2 de Rusia en el mar Báltico que provee del gasoducto a toda Europa.
Las autoridades europeas identificaron fugas, en representación de burbujeos en el mar que alcanzan cerca de lo 200 metros de diámetro.
Un experto sismológico sueco atribuyó la fuga a una presunta detonación o explosiones submarinas, por lo que Europa calificó el incidente como “sabotaje”.
La reacción del Ucrania no se hizo esperar, pues responsabilizó al Kremlin de lanzar un ataque terrorista para dejar sin abastecimiento del gas a toda Europa.
“Las ‘filtraciones de gas’ a gran escala Nord Stream 1 no son otra cosa que un ataque terrorista planificado por Rusia y un acto de agresión contra la UE”, afirmó el consejero presidencial ucraniano Mijailo Podoliak en una población en Twitter.
Así mismo, Podoliak acusó a Rusia de intentar desestabilizar la situación económica de Europa y “provocar un pánico antes del invierno”.
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En ese sentido, el círculo de seguridad en Alemania también atribuyó la fuga como un ataque por parte de Rusia como un intento de “sabotaje” para que los precios del alza del gas de dispare a niveles trascendentales como ocurrió al inicio de la invasión en Ucrania.
En tanto, Rusia se libró de responsabilidad del supuesto intento de “sabotaje”, pues alegaron estar “extremadamente preocupados” por las fugas, ya que afecta la seguridad energética de todo el continente, aseguró el portavoz del Kremlin, Dmitry Peskov,