Caos en Brasil. Miles de manifestantes se tomaron varias instituciones estatales como muestra de protesta en contra del nuevo presidente comunista, Luiz Inacio Lula da Silva por quien pidieron su renuncia.
La mañana de este domingo, miles se brasileños se tomaron las calles e invadieron los edificios del Congreso Nacional, la Presidencia y el Supremo Tribunal Federal en una jornada de caos, de quienes se oponen al gobierno de Lula.
Los edificios estatales, por ser domingo, estaban vacíos y solo al cuido de los vigilantes.
La Policía Brasileña se hizo presente y repelió a los manifestantes, tomando control total de las instituciones horas después que las protestas se tornaran violentas.
Los opositores exigían la renuncia de Lula por no estar de acuerdo con las recientes medidas al tomar el poder este pasado primero de enero, como la privatización de 8 empresas en cargadas de la venta de hidrocarburos, la revocación a la baja de impuestas en la gasolina y diésel, aumento en su salario, entre otros.
Por esta y muchas más razones los opositores pedían intervención militar contra Lula, así como su renuncia.
El comunista y acusado de corrupción, Lula da Silva, decretó intervención federal de la capital para supuestamente “garantizar la seguridad pública”.
Lula, calificó las protestas de “terroristas” y de supuestamente ser un intento de “golpe estado” financiado por su predecesor Jair Bolsonaro.
En ese sentido, amenazó que todo aquel que haya sido partícipe de “actos terroristas”, será “encontrado y castigado”, incluso, acusó a la Policía de no hacer nada en lo absoluto porque “dejaron entrar a los manifestantes” y advirtió que no quedarán impunes.
Además, se señaló al gobernador regional, un aliado de Bolsonaro, al que acusó de “negligente”.
“Vamos a averiguar quiénes son los financiadores de estos vándalos que fueron a Brasilia y todos pagarán con fuerza de ley por este gesto irresponsable, este gesto antidemocrático y este gesto de vándalos y fascistas”, advirtió.
Horas después del caos político, Bolsonaro repudió “las acusaciones, sin pruebas, que me atribuyó el actual jefe del ejecutivo de Brasil”.
“Las manifestaciones pacíficas son parte de la democracia. Sin embargo, las depredaciones e invasiones de edificios públicos como las ocurridas hoy, así como las practicadas por la izquierda en 2013 y 2017, se salen de la regla”, expresó.
“A lo largo de mi mandato siempre me he mantenido dentro de las cuatro líneas de la Constitución, respetando y defendiendo las leyes, la democracia, la transparencia y nuestra sagrada libertad”, continuó.
Bolsonaro (2018-2022), actualmente se encuentra en Estados Unidos tras el fallo en las electorales, a las que calificó de ser un fraude orquestado por la izquierda en octubre pasado.