Álvaro Conrado Avendaño, papá de Álvaro Conrado Dávila, asesinado en las protestas cívicas de 2018, se convirtió en una de las víctimas mortales de la dictadura Sandinista al fallecer este viernes, sin poder ver en vida la justicia que tanto anhelaba por el asesinato de su hijo.
Álvaro Conrado hijo, fue el primer menor de edad asesinado en las protestas antigubernamentales por llevar agua a manifestantes en la Universidad Nacional de Ingeniería (UNI) la tarde del 20 de abril de 2018, cuando fue impactado por un proyectil de francotirador apostado en los techos del entonces estadio de beisbol Denis Martínez.
Las huestes paramilitares Sandinistas dispararon en el cuello del adolescente de 15 años, y en su agonía pronunció la frase: “me duele respirar”, palabras que se convirtieron en eslogan de la lucha cívica contra la dictadura Sandinista de Daniel Ortega y Rosario Murillo.
Su padre, desde su asesinato pidió incansablemente justicia para su hijo, pero no pudo verla en persona, pero quizás sí desde el cielo cuando caiga el régimen satánico de Ortega-Murillo.
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Álvaro Conrado padre, se desempeñó como de presidente de la Asociación Madres de Abril (AMA) y “ha sido ejemplo y fuente de inspiración en nuestra lucha por la justicia y la verdad”, reza el comunicado del organismo.
“Su incansable trabajo y compromiso con la esperanza colectiva de un futuro mejor para todos/as, así como para la no repetición de lo acontecido a partir de la represión estatal sufrida desde abril del 2018, nos servirá de inspiración, luz y guía para continuar su legado”, expresaron.