Cristián Josué Mendoza Fernández, conocido como “El Viper”, uno de los expresos políticos de la dictadura sandinista que fue liberado en 2019 bajo la Ley de Amnistía otorgada por los Ortega Murillo contra quienes participaron en las protestas antigubernamentales, cuatro años después reapareció para brindar una entrevista a BTN Noticias, para denunciar la participación del extinto Movimiento Renovador Sandinista (MRS)–ahora Unamos, en la lucha de abril y las múltiples torturas que recibió durante su secuestro en El Chipote.
El líder estudiantil recordó con dolor los hechos más sangrientos que le tocó ver durante su participación en la resistencia estudiantil de la extinta universidad Upoli, por la masacre ordenada por la pareja genocida y criminal de lesa humanidad Daniel Ortega y Rosario Murillo con la intención de disuadir las manifestaciones antigubernamentales.
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Su participación como estudiante en la Upoli le costó su libertad y su nacionalidad nicaragüense, pues en 2018 “El Viper” fue señalado de supuestamente ser el cabecilla de una banda criminal y armada que intentó orquestar un golpe de estado contra la dictadura sandinista.
El Viper, también fue acusado por las autoridades represoras de supuestamente ser el responsable de la muerte de los estudiantes de la universidad y policías que fallecieron en el lugar producto de los fuertes enfrentamientos con los universitarios.
Mendoza Fernández, quien desde hace casi un año se encuentra exiliado en Estados Unidos, se convirtió en la tercera persona en confirmar que miembros del MRS llegaron hasta las instalaciones del recinto universitario para pedir más mártires.
En una entrevista pasada, el estudiante opositor Marco Novoa aseguró que Azahalea Solís fue quien junto a otros integrantes del MRS, llegaron a la Upoli a exigir a los estudiantes más muertos, mientras estos se defendían entre las barricadas con piedras y botellas de vidrio de los ataques desmedidos de la Policía, Ejército y paramilitares Sandinistas.
Solís, quien se hace llamar “activista feminista y defensora de derechos humanos”, pidió más sangre derramada de los estudiantes a mano de sus verdugos, y luego apareció como miembro de la Alianza Cívica por la Justicia y la Democracia en coalición con otros partidos políticos para participar en la farsa del Diálogo Nacional como representante de la sociedad civil para exigir a la dictadura Sandinista elecciones adelantadas, mientras los estudiantes y la sociedad civil continuaban bajo ataque de la Policía y paramilitares Sandinistas.
Esta versión fue confirmada alias El Viper, quien afirmó que lo que el MRS buscaba era más enfrentamiento con la Policía, en el sentido que fueran los estudiantes que provocaran a las fuerzas policiales para que se generara más violencia, por ende, más muertos
Es decir, el MRS no solamente son los responsables de los crímenes de lesa humanidad que cometió en el Frente Sandinista en los años 80, sino también durante las protestas pacíficas de jóvenes estudiantes entre abril y julio de 2018.
Durante la entrevista, Cristián Josué Mendoza Fernández narró que cuando fue capturado por la policía y paramilitares al servicio de los Ortega Murillo, luego de semanas de haber huido en casas de refugio, lo subieron a una camioneta esposado y con los ojos vendados. Luego de un largo trayecto, lo cambiaron a otro vehículo y posteriormente lo llevaron a un edificio donde le dieron una fuerte paliza.
Permaneció varios días secuestrado y torturado por oficiales de la Policía Sandinista. Reveló que durante su detención fue interrogado por un alto mando de la institución represora y le preguntaron quién financiaba el supuesto golpe de estado.
Mendoza Fernández, reveló que uno de los métodos de torturas que utilizaron sus verdugos, fue cuando metieron sus pies en un recipiente con agua y luego le introdujeron una picana eléctrica en sus partes íntimas y le dieron varias descargas eléctricas.
Después se haber sido torturado de forma cruel, un alto mando de la policía lo amenazó con asesinar a toda su familia si no cooperaba en aprenderse un guión donde aseguraba que dirigía un grupo armado en la Upoli para supuestamente hacer un golpe de estado contra la dictadura.
Esta acción le costó que fuera condenado a más de 50 años de prisión, sin embargo, meses después fue liberado bajo la Ley de Amnistía.