La persecución de la Iglesia en Nicaragua es un tema preocupante que ha generado controversia en el país. El reciente caso del Monseñor Rolando Álvarez ha causado conmoción, ya que su liberación está condicionada a aceptar el destierro.
Según la vicepresidenta de Nicaragua, Rosario Murillo Murillo, la única solución para la liberación del religioso es que acepte ser expulsado del país. Esta no es la primera vez que el Monseñor rechaza abandonar su tierra natal. En febrero de 2023, cuando 222 presos políticos fueron desnacionalizados y enviados a Estados Unidos, el religioso se negó rotundamente a ser expulsado frente a un avión estadounidense.
En otra ocasión, hace tres meses, el Monseñor fue sacado de La Modelo y, tras tensas negociaciones, decidió no aceptar el exilio. Ahora, en esta tercera ocasión, el régimen ha decidido desterrar a 12 sacerdotes de la Iglesia Católica hacia el Vaticano, alegando que es una decisión en pro de la paz del país.
Estas acciones han despertado sospechas sobre los verdaderos planes de la dictadura sandinista en Nicaragua, ya que parece existir una intención de exterminar a la Iglesia Católica en el país. Esta situación ha generado preocupación entre la población, quienes buscan entender y enfrentar esta problemática.
Es importante que la comunidad internacional esté al tanto de esta situación y tome medidas para proteger los derechos humanos y la libertad religiosa en Nicaragua. La persecución de la Iglesia es un grave atentado contra la democracia y la diversidad de pensamiento en el país. La sociedad debe unirse y alzar su voz en defensa de la libertad y los valores fundamentales que nos identifican como seres humanos.