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12 noviembre, 2023El Consejo Permanente de la OEA ha aprobado por consenso la resolución “Medidas consiguientes a la denuncia de la carta de la OEA por la República de Nicaragua”. Esta resolución marca un hito en la historia de Nicaragua, ya que el país se separará de la OEA el 19 de noviembre de 2023, dos años después de haber denunciado la carta del organismo.
Este hecho plantea un escenario preocupante para los derechos humanos en Nicaragua. Aunque la resolución establece que el país sigue estando obligado a respetar todos los derechos humanos, la realidad es que la comunidad internacional se enfrentará a un gran desafío para hacer cumplir estos compromisos.
La resolución, se destaca la obligación de Nicaragua de respetar los derechos humanos. Sin embargo, desafortunadamente, la agenda de derechos humanos será olvidada y no existen mecanismos efectivos para hacer cumplir los compromisos de Nicaragua con la OEA.
La situación se agrava aún más cuando se analiza el punto 4 de la resolución, donde se señala que el Consejo Permanente continuará prestando atención a la situación en Nicaragua y promoviendo el respeto a los derechos humanos y libertades fundamentales. Sin embargo, es difícil imaginar cómo se podrán ejercer presiones efectivas sobre el país, una vez que esté fuera del grupo de la OEA.
Uruguay, por su parte, ha desempeñado un papel destacado en este debate. Durante la discusión de la resolución, el representante de Uruguay calificó la dictadura de Daniel Ortega como “descomunal” y mencionó acciones preocupantes del régimen. Sin embargo, su denuncia ya no tiene sentido, ya que Nicaragua estará fuera de la OEA.
Es lamentable constatar que la comunidad internacional ha abandonado a Nicaragua a su suerte, dejando al país en manos de un atroz dictador. La salida de Nicaragua de la OEA no significa que el tema desaparecerá de la agenda. Sin embargo, es evidente que el Sistema Interamericano carece de mecanismos de presión efectivos para obligar a los Estados miembros a cumplir con los compromisos en materia de derechos humanos.

En conclusión, la salida de Nicaragua de la OEA representa un duro golpe para los derechos humanos en el país. A pesar de las obligaciones establecidas en la resolución, es evidente que Nicaragua quedará fuera del alcance de la presión internacional. Es lamentable ver cómo la comunidad internacional ha abandonado a Nicaragua a su suerte, dejando a su pueblo bajo el yugo de un dictador. Es tiempo de reflexionar sobre cómo podemos garantizar la protección de los derechos humanos en situaciones como esta y trabajar en conjunto para evitar que dictaduras como la de Daniel Ortega prevalezcan en nuestra región.