Como un “recuerdo doloroso”, así recordó el Arzobispo de Managua, el cardenal Leopoldo Brenes, el atentado contra la venerada imagen de la Sangre de Cristo que fue calcinada hace 2 años por sujetos no identificados, pero que en su momento, la iglesia católica calificó el hecho como un “atentado terrorista”.
Durante una homilía, el cardenal Brenes conmemoró los dos años del atentado contra el cuerpo de Cristo en la Catedral Metropolitana de Managua, dejando en cenizas la histórica imagen de más de 300 años.
A pesar que la imagen de la Sangre de Cristo fue conservada como reliquia en una urna de vidrio y colocada en el altar de la parroquia, Brenes considera que la imagen aún representa “compasión, perdón” y que “en ese rostro y esa mirada no hay odio, no hay rencor, sino que es una mirada de misericordia”.
Así mismo, expresó que “ningún atentado físico que se pueda hacer podrá apartarla de nuestra mente, de nuestro sentimiento” y pidió a la feligresía orar por esas “personas que desde un corazón enfermo han atentado contra ella y han querido atentar contra nuestra fe, pero más bien ha crecido nuestro amor a Jesús Sacramentado”.
El atentado contra la imagen de la Sangre de Cristo ocurrió el 31 de julio de 2020 por sujetos aún no edificados, pero según las pesquisas de la Policía Sandinista, el siniestro se debió a “vapores de alcohol acumulados en el interior de la cúpula de la Sangre de Cristo, al mezclarse con el aire caliente (temperatura 36.1), produjeron el fuego en un proceso conocido científicamente como solvatación”, de acuerdo con el medio digital Confidencial.
Rosario Murillo nerviosa por nueva insurrección civil
Por tanto, la iglesia católica dijo no estar estar de acuerdo con la investigación, pues alegaron que hubo mano criminal.
El hecho ocurrió en un momento de conflicto político en el país y fuertes tensiones entre la dictadura Sandinista y la iglesia católica, pues la tiranía de Daniel Ortega y Rosario Murillo, acusaban a los religiosas de financiar un supuesto “golpe de estado”.